“Es muy preocupante que en el país no se tengan en cuenta los factores de riesgo cuyo control pueden prevenir muchos tipos de discapacidad, permitir un tratamiento más adecuado y reducir los costos y consecuencias que esto tiene, tanto en la vida de las personas como en las familias y en las comunidades a las que pertenecen”.

Soraya Montoya, médica cirujana y Directora Ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha

Factores genéticos, hechos de violencia, accidentes, enfermedades y hábitos de vida poco saludables pueden desencadenar una condición de discapacidad en cualquier momento de la vida. No obstante, muchos casos podrían prevenirse si en los contextos familiares, institucionales y sociales se controlaran eficientemente los factores de riesgo.

Según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), de los 800.000 casos de discapacidad reportados durante 2010 en el Registro Único de Localización y Caracterización de la Discapacidad, el 42% se produjo como consecuencia de alguna enfermedad, el 16,4% como resultado de un accidente (de tránsito, de trabajo, deportivo, en la escuela o en el hogar) y el 15,7% por una alteración genética. A estos factores se suman, entre otros, los problemas de la madre durante el embarazo, responsables del 7,6% de los casos, y las complicaciones del parto, determinantes del 4,5% de los mismos.

Para Soraya Montoya, médica cirujana y Directora Ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha, “es muy preocupante que en el país no se tengan en cuenta los factores de riesgo cuyo control pueden prevenir muchos tipos de discapacidad, permitir un tratamiento más adecuado y reducir los costos y consecuencias que esto tiene, tanto en la vida de las personas como en las familias y en las comunidades a las que pertenecen”.

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