En el marco de las actuales negociaciones entre el gobierno y los grupos armados ilegales que afectan a la sociedad colombiana, Todd Howland, Representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, presentó un estudio frente a los posibles riesgos y las oportunidades que existen en el proceso de construcción de una verdadera paz.
Este análisis tuvo en cuenta el contexto que ha vivido Colombia en los últimos 50 años a causa del conflicto armado, y dentro de las conclusiones más destacadas están:
- Es necesario reforzar la lucha contra la impunidad de graves violaciones a los Derechos Humanos, para lo que hace un llamado de atención a las instituciones del Estado, particularmente la rama judicial, que actualmente continúan enfrentando serias dificultades para superar sus deficiencias y demostrar resultados.
- La violencia sexual continúa siendo un flagelo que requiere más atención. Se resalta que la magnitud de la violencia sexual en Colombia se relaciona con la persistencia de estructuras patriarcales y machistas de poder que reproducen estereotipos y múltiples formas de discriminación contra las mujeres en lo legal, institucional, social y cultural.
- La labor de los defensores de Derechos Humanos es piedra angular para la democracia y la promoción de una paz equitativa y sostenible. Sin embargo, la violencia en su contra continúa y el Estado no logra garantizar plenamente el respeto y protección de sus derechos y labor.
Este análisis devela los vacíos sociales y estructurales en Colombia que aún requieren de mucho trabajo articulado, para alcanzar una paz que realmente mejore la calidad de vida de todos los colombianos. Y es por esta razón, que las Naciones Unidas hicieron entrega de una lista de recomendaciones, entre las cuales se destacan:
- Urge al Estado a desarrollar un sistema que recopile el universo de datos sobre violencia sexual en Colombia y, con base en este sistema, ajustar las políticas de prevención, atención y judicialización; y evaluarlas anualmente.
- Exhorta a las partes en La Habana a aprovechar la oportunidad de dialogar con los pueblos indígenas y afrocolombianos para asegurar que los acuerdos de paz y su implementación maximicen el disfrute de sus derechos colectivos e individuales.
Para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es vital continuar apoyando los procesos de construcción de paz que se adelanten en Colombia, en la búsqueda de lograr una garantía integral de los derechos, especialmente de las comunidades más excluidas.

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