Cuidado con el síndrome del cuidador

  • Cuando se decide o se tiene la obligación de hacerse cargo de una persona mayor por su avanzada edad y/o estado de salud, es necesario que el cuidador se prepare física y mentalmente para desarrollar esta labor ya que, de no hacerlo, el cuidador puede llegar a afectarse mental y físicamente.
  • Dedicar la mayoría de su tiempo a atender necesidades ajenas, llega a generar niveles de estrés que conllevan a padecer el Síndrome del Cuidador, es decir “el conjunto de problemas de orden físico, psíquico, emocional, social o económico que pueden experimentar los cuidadores de adultos incapacitados. Se trata de la percepción subjetiva de una respuesta multidimensional a factores estresantes”.
  • Aunque no existe un registro claro sobre cuántas personas mayores han sido maltratadas por sus cuidadores voluntaria o involuntariamente, sí es claro que la falta de atención y apoyo hacia las personas que realizan esta labor incrementan los riesgos de que un mal proceso desencadene lesiones en la persona que se encuentra bajo el cuidado de alguien más.
  • Los cuidadores familiares son en un 82.8% mujeres y el 52.5% tienen entre 40-59 años” Según el estudio “La salud física y psicológica de las personas cuidadoras: comparación entre cuidadores formales e informales”.

Una cantidad importante de desarrollo cerebral ocurre durante el embarazo. Con solo seis semanas, el feto empieza a moverse. Antes del comienzo del segundo trimestre, el bebé puede chupar, tragar, estirarse, e incluso chuparse el dedo y- hacer movimientos respiratorios. Y esto es solo el comienzo del viaje al acelerado crecimiento y desarrollo del cerebro infantil.

Al momento de nacer el cerebro pesa aproximadamente 350 gramos; a los 14 meses casi que ha triplicado su tamaño:900 gramos. A los 5 años ya ha alcanzado el 90% de su peso definitivo. Esto quiere decir que durante el primer y segundo año de vida el cerebro crece a una velocidad impresionante por minuto, porque su estructura se está organizando para llegar a desarrollar su compleja actividad.

Por ello, la desnutrición crónica no es solo cuestión de baja talla para la edad esperada, sino una gran preocupación de desarrollo y bienestar social y económico de los países. En esta etapa, de la vida se “configura” el capital humano. En Colombia, 9 de cada 100 niños está desnutrido crónicamente. (En anexo, relación por departamentos).

La desnutrición de los niños puede iniciarse en el vientre materno. El desarrollo y crecimiento fetal adecuados dependen de un aporte uniforme de nutrientes de la madre al feto. El déficit en el ingreso nutricional, la absorción inadecuada de nutrientes como lípidos (o sea, grasas), carbohidratos, proteínas y micronutrientes en el organismo materno, pueden conducir a un notable deterioro del desarrollo del cerebro fetal[1].

[1] Desnutrición Materna y su Influencia sobre el Feto y el Recién Nacido. Ores.: Jaime A. Barrios Amaya * y Vespaciano Zapata Gómez

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