Cuentas pendientes con la niñez, un desafío para los nuevos dirigentes regionales

• Al presentar una radiografía de la niñez a la luz de los ODM, Aldeas Infantiles SOS analiza el estado actual de los compromisos y convoca la responsabilidad de los actuales alcaldes y gobernadores para que cumplan sus obligaciones legales con la población infantil y juvenil.

• En la actual administración pública está la última generación de gobernantes para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM).

• Naciones Unidas registra importantes logros en el país, pero la Procuraduría General de la Nación estima que el cumplimiento de las metas podría tardar décadas.

Según las proyecciones del DANE, 15,5 millones de personas conformarían en 2012 la revolucionada y desigual Colombia de la infancia. En el mes de la niñez, Aldeas Infantiles SOS hace una radiografía de la situación que viven los colombianos entre 0 y 17 años, quienes representarían el 49,5% de toda la población. Los indicadores comprometen a las actuales administraciones, en cuyas manos está el cumplimiento de los ODM.

“La economía colombiana acaba de registrar una de las cifras de crecimiento más altas de la década (5,9%), pero la prosperidad aún no llega a la población infantil. La ejecución de los recursos para la infancia por parte de alcaldes y gobernadores no solo es preocupante, sino también una clara evidencia de que el interés superior de la niñez y la prevalencia de sus derechos siguen siendo un sueño con triste final: niños abandonados, en la pobreza extrema, enfermos, desnutridos e incluso muertos”.

La afirmación es de Ángela Rosales, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS, una organización internacional que desde hace cuatro décadas brinda protección a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que enfrentan condiciones de riesgo social, y apoya a sus familias buscando romper los círculos de maltrato y pobreza. Para ella, la llegada de un nuevo Día de la Niñez, que oficialmente se celebra el último sábado de abril, marca una alerta roja sobre una realidad que tiene claras evidencias: el abismo entre los avances normativos del país frente a los derechos de la infancia, y las difíciles condiciones de vida que siguen enfrentando miles de niños, niñas y adolescentes en todo el territorio nacional.