Nos toca esperar unos nueve meses para que el mundo empiece a recibir una gran cantidad de bellos bebés, hijos de la cuarentena. Esos mismos que llegarán de la escuela con la actividad: “Describir qué fue la Pandemia del 2020 y qué hacían las personas para distraerse”. Tarea en familia.
Estos niños, a quienes cariñosamente les diremos los ‘Cuarentenials’, serán hijos del amor reencontrado, del ocio, de la siesta durante el teletrabajo, de la desempolvada del álbum de matrimonio y los recuerdos del romance que otrora nos hiciera decidir vivir como eternos amantes.
¿Por qué creo que vendrá este súbito crecimiento de la población? Porque las catástrofes están llamadas a crear nuevas formas de vida y, además, por otros detalles de anticoncepción que siempre se olvidan en Colombia.
Expliquemos un poco. Los boomers fueron esos niños nacidos en masa después de la Segunda Guerra Mundial en países como Canadá y Estados Unidos, y también aquellos nacidos entre 1956 y 1964. Estas explosiones demográficas obedecieron a un quiebre fundamental en la vida: los hombres se fueron a la guerra y los que sobrevivieron regresaron a casa; hubo una recesión económica y luego renació la prosperidad.
El Covid-19 tiene todo el combo, es una catástrofe que afecta a toda la humanidad y no hay país que escape. Muchos no volverán a casa, quienes quedaron separados se reencontrarán, la economía quedará en ruinas y el renacimiento esperado cruzará la tierra completa.
Pero en realidad no quiero hacer ninguna reflexión filosófica ni profunda sobre cómo nos pensaremos y reconstruiremos como humanidad. Simplemente, me llegó el documento del Ministerio de Salud “ABC sobre las relaciones sexuales y las enfermedades por coronavirus” y yo, muy interesada, lo leí hasta el último renglón (aprendí, incluso, cositas que no sabía) para encontrar que en sus dos últimas líneas dice: “Respecto al embarazo, asegúrese de tener un método anticonceptivo eficaz para las próximas semanas”.
Yo esperaba algo como una “Ruta para disfrutar a plenitud la sexualidad, ahora que tiene tiempo” o, por ejemplo, que por decreto se redujeran y congelaran los precios de condones y anticonceptivos; que las EPS estuvieran obligadas a despachar a domicilio métodos de planificación; que, ante la cancelación de vasectomías y ligaduras de trompas programadas, se despacharan a domicilio juguetes sexuales (que dicho documento explica cómo usarlos de forma segura) pero nada… Así que, si antes de la pandemia el 52% de los nacimientos en Colombia no eran planeados, lo que nos espera es una gran generación de ‘Cuarentenials’, los hijos de un polvo descuidado, pero sin afanes.
¿Serán los que cambien el mundo? En realidad ¿Cambiaremos como humanidad?, no lo sé… Lo que sí me puedo imaginar es que esos hijos de la cuarentena tendrán la oportunidad de ser educados y siempre motivados por esas mamás realistas y prácticas, que harán surgir nuevas formas de dialogar en familia:
– Mamá: estoy aburrido.
– Vean a éste, lo que le hace falta es una cuarentena para que aprenda a apreciar lo que tiene.
– ¡Ma! Yo hice el mandado ayer. Hoy le toca a Mariana.
– ¡Dejen de pelear! A ustedes dos lo que les faltó fue una pandemia para que apreciaran una salidita a la tienda.
-Mamá, quiero estudiar música, teatro, algo así…
– Hija, ¡Qué maravilla! Los artistas son muy importantes para la humanidad, sin ellos no habríamos sobrevivido en la cuarentena.
A propósito, ¿Si te conté cómo fue que naciste?
Ximena Norato Palomeque, Directora – Agencia PANDI
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