“No entiendo cómo toda la comunidad internacional que apoya a Colombia en los diálogos de paz y que son suscriptores de la Convención, no exigen, como primer punto hablar de la entrega inmediata de todos los niños y niñas que han reclutado y que utilizan a diario para sus actos de muerte. Los niños y las niñas podrían ser la mitad del personal de la guerrilla de las FARC”.

Ximena Norato, directora Agencia PANDI.

Bogotá, diciembre de 2013. Es impactante analizar el panorama actual de la niñez en Colombia, principalmente cuando uno de los criterios a revisar es la relación entre este importante grupo de la población con el conflicto armado que se vive actualmente en el país.

Aunque dicha relación debería ser nula, luego de 50 años de conflicto no hemos logrado desligar a la niñez de las fatales consecuencias de esta guerra, y lo que es peor, de su utilización en ella.

Además de permitir que los grupos armados ilegales, e incluso la fuerza pública, utilicen a niños, niñas y adolescentes para ganar una guerra, aún no hay garantías suficientes para restablecer integralmente sus derechos cuando salgan de la selva o dejen de realizar las labores que les enseñaron para ganarse la vida.

La niñez continua siendo la población más afectada por el conflicto armado en Colombia, sus consecuencias directas y colaterales acaban a diario con la vida de niños y niñas que, en muchos territorios, salen de sus hogares sin saber si la guerra con la que se ven obligados a convivir les permitirá volver.

  • Entre noviembre de 1999 y octubre de 2013 se han registrado 5.352 Niños, Niñas y Adolescentes recuperados (entrega voluntaria o rescatados) de Grupos Armados Ilegales, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
  • Entre enero y octubre de este año 35 niños y 14 niñas han sido víctimas de minas antipersona, según el reporte del Programa Presidencial para la Acción Integral Contra Minas Antipersona, PAICMA.
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